6 formas de sabotear tu carrera sin que te des cuenta
- Fecha: 18 de Setiembre del 2013
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1. Creer que los demás tienen la culpa.
Sinceramente y a riesgo de que me odies. Si crees que los demás tienen siempre más oportunidades que tú o que existe una especie de conspiración para que no progreses, entonces, definitivamente, tu carrera está siendo saboteada…pero por ti mismo.
Puede que haya a quién le vaya mejor que a ti con menos esfuerzo, puede que haya gente que sin darle el palo al agua vivan como reyes y te cojo el que haya gente que le haya venido todo “mascadito”.
Pero TU y solo tú eres quién decide en tu carrera, el que decide que camino toma y que oportunidades, no solo coge, sino busca hasta el fin del mundo.
El pensar que no eres tú quién dirige tu carrera es lo que, precisamente, te mantiene en el mismo sitio.
2. Creer que tú siempre sabes lo que es mejor sin antes escuchar y aprender de los demás.
Cuando uno llega a un nivel de experiencia, grande su ego, le tienta a pensar que lo que él diga es lo mejor, que ya lo has hecho mil veces, que esto funciona así, que esto se ha hecho así siempre…. y un largo etc.
Te voy a decir un secreto de psicología, lógica y reflejado en un dicho popular “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Las personas que actúan como si todo lo supieran y vierten comentarios egocéntricos normalmente están compensando lo contrario, su inseguridad.
Además esto supone un lastre, no solo para tu vida sino para tu carrera. Primero porque tratar con una persona así es desagradable (te lo juro) y segundo porque te cierras a ti mismo las puertas de la evolución y mejora. Siempre hay algo que aprender aunque sea de un becario que seguro sabe cosas que tú necesitas.
3. Mirar más tus necesidades que las de la empresa.
Y este es uno de los grandes. Ya sé que tienes que mirar por ti y solo por ti pero trabajas para alguien y ese alguien necesita…más bien espera que des de ti lo que puedas darle.
Y créeme que te entiendo perfectamente pero la mejor manera de ponerte al frente de la línea en la sección de aumentos y promociones es que se vea que te “importa” la compañía, haciendo muy bien tu trabajo y yendo más allá de lo que dicta tu puesto.
En su día también pude pensar en primero yo y que a la empresa le den, pero entendí, por observación y algo de reflexión, que si ellos veían que daba más de mi me compensarían y no solo con palmaditas en la espalda, que están muy bien pero que no te dan de comer (nota para los que mandan).
Hay empresas en que esa recompensa llega muy tarde e incluso puede que no llegue porque su egoísmo es aún más grande (o complicada estructura). Para eso te tienes que poner metas y fechas: si en tal año o mes no llega, ejecuto en plan B (ojo, ve preparándolo antes…)
4. Sentirte merecedor de esto y lo otro.
Solemos sentirnos merecedores de mil cosas a menudo pero hay una verdad universal “Nadie te debe nada”, tanto en la vida como en los negocios; solo tú te debes a ti mismo con tus decisiones y acciones.
Si te envuelves en tu mantita de “me merezco esto y lo otro” no solo te provocarás frustración sino que también podrás llegar a la decepción; sentimientos muy negativos para tu carrera y tu éxito, porque harán que dejes de actuar por un tiempo.
5. No cuidar tu marca personal-profesional.
Últimamente lo suelen llamar marca personal a todo ese abanico de características en ti que te definen como Juan, María o Pepe. Es aquello por lo que se te conoce y ahora se habla de esa marca en términos de carrera.
Personalmente, me gusta más llamarlo marca profesional o professional branding.
Es tu reputación dentro del entorno laboral, entre tus jefes, tus compañeros, los que ya han trabajado contigo. Y créeme, tiene un poder que ni te imaginas puesto que puede hacerte llegar hasta donde quieras, si tu branding es positivo; o te puede hacer fracasar si es negativo.
Piensa en todos esos compañeros o jefes, piensa en que era los que le definían, estaba el “súper trabajador”, “el que no se entera” o el “pelota”…ahora piensa en como actúas con ellos y de ahí ¿Cómo quieres que actúen contigo?
6. Creer que ya no tienes nada más que aprender y que eres imprescindible.
Vale, sé que lo oímos siempre y puede que pienses que realmente eres imprescindible…pero párate a pensar un momento, tal vez lo seas en ese justo momento, en ese contexto e incluso con ese jefe.
Pero ojo, todo cambia y más en estos tiempos, puede que ahora seas súper importante, pero con cualquier mínimo cambio dejarás de serlo si no estás en constante reciclaje y aprendizaje, mejorando para dar lo mejor de ti.
Publicado por: Elia Hitos
Coaching & Mentoring